TRISTES NOTICIAS EN EL MUNDO DE LA MÚSICA, EL 12 DE
FEBRERO DE 2015, CON LA MUERTE en el Hospital Nacional Edgardo Rebagliati
Martins de Lima, PERÚ, A LOS 78 AÑOS DE EDAD, LUEGO DE PERMANECER ALGUNAS HORAS
RECLUIDO EN LA SALA DE CUIDADOS INTENSIVOS, DONDE NADA PUDIERON HACER PARA
CONTRARRESTAR LA CRISIS DIABÉTICA DEL CÉLEBRE VIOLINISTA Y EXPONENTE DE LA
MÚSICA ANDINA, Máximo Damián Huamaní, RECORDADO TAMBIÉN AL LADO DE SU ESPOSA Y
CANTANTE, ISABEL ASTO.
Máximo Damián
Huamaní, HABÍA NACIDO EN del pueblo de San Diego de Ishua, distrito de Aucara,
provincia de Lucanas, departamento de Ayacucho, Perú, EL 20 de diciembre de
1936, EN EL HOGAR DE Justiniano Damián y Toribia Huamaní, PAREJA ARRAIGADA EN
EL CAMPO Y quechuahablante, DONDE LA MÚSICA ERA UNA FORMA DE VIDA ALTERNA A SUS
LABORES COTIDIANAS, SIENDO DE SU PADRE DONDE ADQUIERE SU AMOR POR EL VIOLÍN, EL
MISMO CON QUE SU PROGENITOR SOLÍA RECORRER LOS PUEBLOS ALEGRANDO A LA
POBLACIÓN.
LO CIERTO ES QUE MÁXIMO NO TERMINÓ LOS ESTUDIOS PRIMARIOS Y EN UN
INICIO SU PADRE LO ALENTABA A TRABAJAR LA TIERRA, PERO EN CONTRA SUYA, SE
EMPEÑÓ EN APRENDER A TOCAR VIOLÍN, HASTA QUE SU PADRE ACCEDIÓ Y LE DIO
INSTRUCCIÓN SUFICIENTE PARA SALIR ADELANTE, SIN SABER QUE DEBERÍA ABANDONAR SU
HOGAR ABRUPTAMENTE RUMBO A LIMA, A LOS 14 AÑOS, HUYÉNDO DEL CASTIGO DE SU PADRE
POR OCASIONAR DESTROZOS EN EL CAMPO, DEBIENDO REALIZAR OFICIOS VARIOS EN UNA
CAPITAL CUYO AMBIENTE LO HACÍA AÑORAR SUS TIERRAS RURALES, NOSTALGIA QUE
MITIGABA AL TOCAR EL VIOLÍN Y AMENIZAR LAS REUNIONES DE SUS PAISANOS LOS DOMINGOS, DONDE MUY PRONTO SE HIZO POPULAR.
EL TALENTO DE DAMIÁN NO PASÓ
INADVERTIDO Y FUE EL ESCRITOR Y LITERATO, ADEMÁS DE ESTUDIOSO Y DIFUSOR DEL
FOLCLOR, JOSÉ MARÍA ARGUEDAS, QUIEN EN POCO TIEMPO FUE A BUSCARLO A SU PROPIA
CASA, DONDE LE OFRECIÓ ALGUNOS CONTRATOS CON LOS QUE INICIÓ DE PASO UNA GRAN
AMISTAD, HASTA EL PUNTO EN QUE EL MISMO ARGUEDAS EN SU TESTAMENTO SOLICITARÍA
LA PRESENCIA DEL MÚSICO EN SU FUNERAL E INCLUSO LE DEDICÓ LA OBRAS PÓSTUMA “El
zorro de arriba y el zorro de abajo”.
A MEDIADOS DE LOS SETENTA DEL SIGLO XX,
HUAMANÍ EJERCIÓ LA DOCENCIA EN LA ESCUELA NACIONAL DEL FOLCLOR, PERO NUNCA
ABANDONÓ LAS PRESENTACIONES MUSICALES CON LAS QUE RECORRIÓ AMÉRICA, EUROPA E
INCLUSO JAPÓN, ESTE ÚLTIMO EN PLENOS ALBORES DEL SIGLO XXI, SIEMPRE LLEVANDO A
CUESTAS SU ESTATUS DE EMBAJADOR de la música costumbrista ayacuchana, GÉNERO
DEL CUAL ERA UNO DE SUS MÁS PUROS EXPONENTES, SIENDO RECONOCIDO CON la Medalla
Kuntur del Instituto Nacional de Cultura y condecoraDO POR SU CONTRIBUCIÓN AL
FOLCLOR POR la Universidad Nacional de Ingeniería.
ENTRE LAS OBRAS DE MÁXIMO
RECORDAMOS: Manzana pukay pukacha, Agonía, Chinka chinkacha jora, Retama,
Toril, Jaca takay, Salud chimaychA, ENTRE OTROS, MIENTRAS QUE EN EL CINE DEJA
COMO RECUERDO SU PARTICIPACIÓN EN CINTAS, EN SU MAYORÍA DOCUMENTALES, COMO: El
Violinista (1972), El Perú y su Música (1979), Yawar Fiesta (1982), Mountain
Music of Peru (1984), Lágrimas de Wuayronco (2000), Altiplano (2004) Y Sigo
Siendo (2012). RECORDANDO A Máximo Damián Huamaní.
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