Ahora, de la mano del productor Kim Fanlo, nominado a
un premio Grammy, Líberti presenta una de sus pequeñas joyas sonoras: el tema
Niño, un canto a la infancia víctima de la miseria, que huye de la guerra y que
se enfrenta al drama de la inmigración.
Lejos de manidos tópicos, Niño nos coge de la mano y
nos lleva por el camino del humanismo con el objeto de no perder de vista
nuestro camino y que podamos volver siempre a nuestro corazón. “No hay
evolución si no hay compasión, ni hermandad sin igualdad”, canta Líberti y la
letra, igual que la música, suena tan honesta como necesaria.
El videoclip que pone imágenes a esta reflexión
musicada ha sido posible gracias a la ayuda de la galardonada documentalista
Elena Molina. Ha sido rodado en Melilla, encaramados a la triste valla, para
que el mensaje se oiga en ambos lados de una frontera que no debería de
existir.
Con la ayuda de la Asociación Nana, entregada a la
ayuda a los niños emigrantes de un centro de menores a los que ofrecen apoyo
emocional acercándoles al arte, Líberti ha conseguido realizar la máxima que
nos recuerda a todos que el arte sólo es arte si es capaz de sanar.
Y tal vez, por ello, la canción de Lìberti, sus
palabras combinadas con una energía musical desbordante, sean la llave que nos
conduzca a ese rincón de nuestro corazón en el que reside nuestra autenticidad,
invitándonos a romper las cadenas y liberarnos para poder dar siempre lo mejor
de nosotros mismos.
Líberti ha roto por fin los muros de la conformidad y
ha apostado por aquel vasto imperio de los hallazgos felices en el que la
verdad siempre es horizonte. Líberti es, al fin, libre. (fuente: natalia
deleito)
No hay comentarios:
Publicar un comentario